¿Por qué elegir al Dr. Cohen?

La prioridad y el compromiso del Dr. Cohen contigo como paciente, es ofrecerte el mejor resultado, la mejor experiencia sanitaria y que seas tratado con el mayor conocimiento y profesionalidad en nuestra clínica, y este viaje comienza desde el momento en que te pones en contacto con nosotros.
Ayudar y mejorar la vida diaria de las personas que se ven limitadas por un problema de salud, que les incomoda o les causa problemas o dolor a diario, me hace sentir realizado como médico y como persona.

¿Cuáles son las causas y síntomas de las Hemorroides y sus clases?

Las hemorroides, también llamadas almorranas, son venas hinchadas en el ano y la parte inferior del recto, similares a las venas varicosas. Las hemorroides pueden desarrollarse dentro del recto (hemorroides internas) o debajo de la piel alrededor del ano (hemorroides externas).

Casi tres de cada cuatro adultos tendrán hemorroides de vez en cuando. Las hemorroides tienen varias causas, pero a menudo la causa se desconoce.
Afortunadamente, existen opciones efectivas para tratar las hemorroides. Muchas personas obtienen alivio con tratamientos caseros y cambios en el estilo de vida.

  • El primer paso para evitar sufrir el problema de las Hemorroides es conocer que las produce

    La medicina nos enseña «es mejor prevenir que curar»

Los signos y síntomas de las hemorroides generalmente dependen del tipo de hemorroide.

Hemorroides externas

Se ubican debajo de la piel que rodea el ano. Estos son algunos de los signos y síntomas posibles:

  • Picazón o irritación en la zona anal
  • Dolor o molestia
  • Hinchazón alrededor del ano
  • Sangrado

Hemorroides internas

Las hemorroides internas se encuentran dentro del recto. En general, no se pueden ver ni sentir, y rara vez causan malestar. Pero los esfuerzos o la irritación al evacuar los intestinos pueden causar:

  • Sangrado indoloro durante las deposiciones. Puedes notar pequeñas cantidades de sangre de color rojo brillante en el papel higiénico o en el inodoro.
  • Una hemorroide que empuja a través de la abertura anal (hemorroide prolapsada o protuberante), lo que provoca dolor e irritación.

Hemorroides trombosadas

Si la sangre se acumula en una hemorroide externa y forma un coágulo (trombo), puede provocar lo siguiente:

  • Dolor intenso
  • Hinchazón
  • Inflamación
  • Un bulto duro cerca del ano

Cuándo debes consultar con un médico

Si tienes sangrado durante las deposiciones o tienes hemorroides que no mejoran después de una semana de cuidado en el hogar, habla con tu médico.

No asumas que el sangrado rectal se debe a las hemorroides, especialmente si tienes cambios en los hábitos intestinales o si las heces cambian de color o consistencia. El sangrado rectal puede darse en otras enfermedades, incluido el cáncer colorrectal y el cáncer anal.

Busca atención de emergencia si tienes grandes cantidades de sangrado rectal, aturdimiento, mareos o vértigo.

Las venas alrededor del ano tienden a estirarse debido a la presión y pueden sobresalir o hincharse. Las hemorroides se pueden desarrollar por un aumento de la presión en la parte inferior del recto debido a:

  • Esfuerzo al evacuar los intestinos
  • Sentarse durante largos períodos en el inodoro
  • Tener diarrea crónica o estreñimiento
  • Ser obeso
  • Estar embarazada
  • Tener relaciones sexuales anales
  • Seguir una dieta con un bajo contenido de fibras
  • Levantar cosas pesadas con regularidad

A medida que envejeces, tu riesgo de sufrir hemorroides aumenta. Esto se debe a que los tejidos que sostienen las venas en el recto y el ano pueden debilitarse y estirarse. Esto también puede ocurrir durante el embarazo, ya que el peso del bebé ejerce presión sobre la región anal.

Las complicaciones de las hemorroides son raras, pero incluyen lo siguiente:

  • Anemia. En raras ocasiones, la pérdida crónica de sangre a causa de las hemorroides puede causar anemia, en la cual no tienes suficientes glóbulos rojos saludables para transportar oxígeno a las células.
  • Hemorroide estrangulada. Si se interrumpe el suministro de sangre a una hemorroide interna, la hemorroide puede ser «estrangulada», lo que puede causar dolor extremo.
  • Coágulo sanguíneo. Ocasionalmente, se puede formar un coágulo en una hemorroide (hemorroide trombosada). Aunque no es peligroso, puede ser extremadamente doloroso y a veces necesita ser punzado y drenado.

La mejor manera de prevenir las hemorroides es mantener tus deposiciones blandas para que pasen fácilmente. Para prevenir las hemorroides y reducir los síntomas de hemorroides, sigue estos consejos:

  • Come alimentos ricos en fibra. Come más frutas, verduras y cereales integrales. Hacerlo ablanda las heces y aumenta su volumen, lo que te ayudará a evitar el esfuerzo que puede causar hemorroides. Agrega fibra a tu dieta progresivamente para evitar problemas de gases.
  • Bebe mucho líquido. Bebe entre seis y ocho vasos de agua y otros líquidos (no alcohol) por día para mantener tus deposiciones blandas.
  • Considera agregar suplementos de fibra. La mayoría de las personas no consumen la cantidad recomendada de fibra (de 20 a 30 gramos al día) en su dieta. Los estudios han demostrado que los suplementos de fibra de venta libre, como el psyllium (Metamucil) o la metilcelulosa (Citrucel), mejoran los síntomas generales y el sangrado de las hemorroides.Si usas suplementos de fibra, asegúrate de beber al menos ocho vasos de agua u otros líquidos cada día. De lo contrario, los suplementos pueden causar o empeorar el estreñimiento.
  • No hagas esfuerzos. Hacer esfuerzos y contener la respiración mientras evacuas los intestinos genera una gran presión en las venas de la parte inferior del recto.
  • Ve al baño apenas te urja. Si esperas para evacuar y el impulso desaparece, la materia fecal podría secarse y ser más difícil de evacuar.
  • Haz ejercicio. Mantente activo para prevenir el estreñimiento y para reducir la presión en las venas, lo cual puede ocurrir ante períodos largos estando parado o sentado. El ejercicio también puede ayudarte a perder el exceso de peso que podría estar contribuyendo a las hemorroides.
  • Evita estar sentado durante mucho tiempo. Estar sentado durante mucho tiempo, en especial en el inodoro, puede aumentar la presión en las venas del ano.

Cuándo hay que acudir al médico si tienes hemorroides

Aunque las hemorroides parecen tener un estigma, la verdad es que todos las tenemos y es normal que en algunos casos se inflamen y provoquen dolor, picores o sangrado.

Muchas veces, las hemorroides desaparecen por sí solas, pero a veces es necesario visitar al médico para resolver el problema, estar más tranquilo y evitar que se reproduzcan.

Las hemorroides se pueden controlar mediante la modificación del estilo de vida, beber muchos líquidos, tener una dieta saludable rica en frutas y verduras, y mantener un peso saludable.

Esto se produce en el caso de hemorroides pequeñas y sin complicaciones en personas con buena salud general.

Ahora bien, si se tienen los siguientes síntomas, se debería de buscar la ayuda de un médico lo antes posible.

Si se nota sangre antes, durante o después de defecar, ya que, el sangrado durante las deposiciones puede estar asociado con hemorroides, pero también podría ser un signo de algo más complicado.

Si se han tenido molestias, dolor o picores persistentes durante una semana, también puede ser un buen motivo para consultar con un especialista.

Mientras que algunos síntomas de las hemorroides se resuelven por sí solos, otros no lo hacen y pueden ser tratados médicamente, por lo que no se debería de vivir con esos síntomas a diario.

Si se nota un bulto en la zona rectal, es posible que se tenga una hemorroide prolapsada, es decir, hemorroide que se ha abultado o caído a través de la abertura anal.

Muchas veces se retraerá por sí sola, pero no siempre. Si no se puede empujar hacia adentro con facilidad, o si causa dolor o sangrado, es importante que un médico le dé un tratamiento efectivo para aliviar el problema.

En cualquier caso, si deseas contar con información más detallada u obtener una valoración personalizada, no dudes en ponerte en contacto con nosotros sin compromiso para que podamos ver tu caso particular.

Médico Cirujano, Núm. de Colegiado 28/40402 dedicado desde hace 40 años al tratamiento quirúrgico de las patologías localizadas en la zona perianal, como las hemorroides, las fisuras o las fístulas.

Cuándo hay que acudir al médico si tienes hemorroides

Aunque las hemorroides parecen tener un estigma, la verdad es que todos las tenemos y es normal que en algunos casos se inflamen y provoquen dolor, picores o sangrado. Muchas veces, las hemorroides desaparecen por sí solas, pero a veces es necesario visitar al médico para resolver el problema, estar más tranquilo y evitar que se reproduzcan. Las hemorroides se pueden controlar mediante la modificación del estilo de vida, beber muchos líquidos, tener una dieta saludable rica en frutas y verduras, y mantener un peso saludable.
Esto se produce en el caso de hemorroides pequeñas y sin complicaciones en personas con buena salud general. Ahora bien, si se tienen los siguientes síntomas, se debería de buscar la ayuda de un médico lo antes posible. Si se nota sangre antes, durante o después de defecar, ya que, el sangrado durante las deposiciones puede estar asociado con hemorroides, pero también podría ser un signo de algo más complicado.

Si se han tenido molestias, dolor o picores persistentes durante una semana, también puede ser un buen motivo para consultar con un especialista. Mientras que algunos síntomas de las hemorroides se resuelven por sí solos, otros no lo hacen y pueden ser tratados médicamente, por lo que no se debería de vivir con esos síntomas a diario. Si se nota un bulto en la zona rectal, es posible que se tenga una hemorroide prolapsada, es decir, hemorroide que se ha abultado o caído a través de la abertura anal.

Muchas veces se retraerá por sí sola, pero no siempre. Si no se puede empujar hacia adentro con facilidad, o si causa dolor o sangrado, es importante que un médico le dé un tratamiento efectivo para aliviar el problema. En cualquier caso, si deseas contar con información más detallada u obtener una valoración personalizada, no dudes en ponerte en contacto con nosotros sin compromiso para que podamos ver tu caso particular.

Médico Cirujano, Núm. de Colegiado 28/40402 dedicado desde hace 40 años al tratamiento quirúrgico de las patologías localizadas en la zona perianal, como las hemorroides, las fisuras o las fístulas.

Cómo se trata una fisura en el ano

Una fisura anal es un desgarro en el revestimiento del ano o canal anal, es decir, la abertura a través de la cual salen las heces del cuerpo.

Se la identifica por el intenso dolor que se produce especialmente después de la defecación y que puede durar varias horas. Puede o no haber sangrado.

Las fisuras anales pueden sufrirlas cualquier persona a cualquier edad y la posibilidad de tener una fisura anal disminuye a medida que las personas envejecen.

Sin embargo, las personas que han tenido fisuras en el pasado tienen más probabilidades de tenerlas en el futuro.

El objetivo del tratamiento de la fisura anal es, reducir la tensión del músculo esfínter interno para que éste trabaje con mayor elasticidad y de esta forma conseguimos que la fisura se cierre o cicatrice espontáneamente.

La mejor noticia es que la mayoría de las fisuras anales se pueden curar en pocos minutos con una intervención llamada Esfinterotomía lateral interna, que hoy la hacemos con técnica láser y el dolor desaparece de forma inmediata y nunca más.

La fisura es el cuadro más doloroso que se produce en la región anal pero, se puede resolver y curar, sin dolor, en pocos minutos y para siempre.

El procedimiento se llama Esfinterotomía lateral interna y consiste en hacer una pequeña incisión en el esfínter anal interno para relajar el músculo y la fisura anal se cura, se cierra o cicatriza espontáneamente.

En cualquier caso, si deseas contar con información más detallada u obtener una valoración personalizada, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, para que podamos ver tu caso particular.

Médico Cirujano, Núm. de Colegiado 28/40402 dedicado desde hace 40 años al tratamiento quirúrgico de las patologías localizadas en la zona perianal, como las hemorroides, las fisuras o las fístulas.

Cómo se trata una fisura en el ano

Una fisura anal es un desgarro en el revestimiento del ano o canal anal, es decir, la abertura a través de la cual salen las heces del cuerpo. Se la identifica por el intenso dolor que se produce especialmente después de la defecación y que puede durar varias horas. Puede o no haber sangrado. Las fisuras anales pueden sufrirlas cualquier persona a cualquier edad y la posibilidad de tener una fisura anal disminuye a medida que las personas envejecen.

Sin embargo, las personas que han tenido fisuras en el pasado tienen más probabilidades de tenerlas en el futuro. El objetivo del tratamiento de la fisura anal es, reducir la tensión del músculo esfínter interno para que éste trabaje con mayor elasticidad y de esta forma conseguimos que la fisura se cierre o cicatrice espontáneamente. La mejor noticia es que la mayoría de las fisuras anales se pueden curar en pocos minutos con una intervención llamada Esfinterotomía lateral interna, que hoy la hacemos con técnica láser y el dolor desaparece de forma inmediata y nunca más.

La fisura es el cuadro más doloroso que se produce en la región anal pero, se puede resolver y curar, sin dolor, en pocos minutos y para siempre. El procedimiento se llama Esfinterotomía lateral interna y consiste en hacer una pequeña incisión en el esfínter anal interno para relajar el músculo y la fisura anal se cura, se cierra o cicatriza espontáneamente. En cualquier caso, si deseas contar con información más detallada u obtener una valoración personalizada, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, para que podamos ver tu caso particular.

Médico Cirujano, Núm. de Colegiado 28/40402 dedicado desde hace 40 años al tratamiento quirúrgico de las patologías localizadas en la zona perianal, como las hemorroides, las fisuras o las fístulas.

Cómo es el postoperatorio de una fístula anal

Después de someterse a una cirugía para extirpar una fístula anal, y cuando hayan desaparecido los efectos de la anestesia, un paciente debería poder empezar a moverse, hacer dieta blanda y beber agua. Debe saber que el post-operatorio será largo, generalmente nunca menos de un mes o seis semanas hasta el cierre total de la zona.

La operación de la fístula depende del tipo de fístula que estemos tratando y no siempre es sencilla. Una vez que el cirujano haya facilitado el alta, el paciente podrá irse a casa, en muchos casos, el mismo día de la cirugía. Aunque esto depende de la capacidad de recuperación de cada persona y de la complejidad de la intervención realizada.

Después de la operación, se deberá usar un vendaje sobre la incisión quirúrgica que se cambiará casi con frecuencia diaria hasta que la herida haya cicatrizado.

A pesar de que la mayoría de las incisiones tardan alrededor de seis semanas en cicatrizarse, puede haber algo de sangrado o secreción de las heridas durante las primeras semanas, especialmente la primera vez que se utilice el baño.

Para el lavado personal, es aconsejable utilizar agua tibia y secar sin frotar. Se deben evitar los productos perfumados para no irritar la piel y hacer uso de crema protectora.

En el día a día del postoperatorio, es aconsejable no permanecer mucho tiempo sentado ni caminar en exceso, y a la hora de dormir, también resulta beneficioso acostarse de lado y utilizar almohadas o cojines para mejorar la comodidad del cuerpo.

La vuelta al trabajo y a la vida normal debe comenzarse con movimientos suaves y siguiendo las sensaciones de tu cuerpo, que en cada persona varía.

En cualquier caso, si deseas contar con información más detallada u obtener una valoración personalizada, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que podamos ver tu caso particular.

Médico Cirujano, Núm. de Colegiado 28/40402 dedicado desde hace 40 años al tratamiento quirúrgico de las patologías localizadas en la zona perianal, como las hemorroides, las fisuras o las fístulas.

Cómo es el postoperatorio de una fístula anal

Después de someterse a una cirugía para extirpar una fístula anal, y cuando hayan desaparecido los efectos de la anestesia, un paciente debería poder empezar a moverse, hacer dieta blanda y beber agua. Debe saber que el post-operatorio será largo, generalmente nunca menos de un mes o seis semanas hasta el cierre total de la zona.

La operación de la fístula depende del tipo de fístula que estemos tratando y no siempre es sencilla. Una vez que el cirujano haya facilitado el alta, el paciente podrá irse a casa, en muchos casos, el mismo día de la cirugía. Aunque esto depende de la capacidad de recuperación de cada persona y de la complejidad de la intervención realizada.

Después de la operación, se deberá usar un vendaje sobre la incisión quirúrgica que se cambiará casi con frecuencia diaria hasta que la herida haya cicatrizado.

A pesar de que la mayoría de las incisiones tardan alrededor de seis semanas en cicatrizarse, puede haber algo de sangrado o secreción de las heridas durante las primeras semanas, especialmente la primera vez que se utilice el baño. Para el lavado personal, es aconsejable utilizar agua tibia y secar sin frotar. Se deben evitar los productos perfumados para no irritar la piel y hacer uso de crema protectora. En el día a día del postoperatorio, es aconsejable no permanecer mucho tiempo sentado ni caminar en exceso, y a la hora de dormir, también resulta beneficioso acostarse de lado y utilizar almohadas o cojines para mejorar la comodidad del cuerpo.

La vuelta al trabajo y a la vida normal debe comenzarse con movimientos suaves y siguiendo las sensaciones de tu cuerpo, que en cada persona varía. En cualquier caso, si deseas contar con información más detallada u obtener una valoración personalizada, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que podamos ver tu caso particular.

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Qué pasa si no se opera una fístula anal

Una fístula anal es un pequeño túnel que conecta una glándula infectada en el ano con una abertura en la piel del glúteo alrededor del ano.

Dentro del ano hay varias glándulas pequeñas que ocasionalmente se obstruyen y pueden infectarse, lo que lleva a la formación de un absceso.

Muy a menudo, estos abscesos pueden convertirse en una fístula (túnel) cuando encuentran salida por el glúteo.

Una fístula no tratada puede causar complicaciones como drenaje, sepsis y llegar a desencadenar complicaciones serias con afectación del estado general de la persona.

Respecto al drenaje de fístulas y abscesos, hay que indicar que al no tratar de forma quirúrgica dichas fístulas, éstas pueden continuar expulsando pus y provocar abscesos más dolorosos.

Por otro lado, las fístulas perianales crónicas activas o no tratadas, pueden provocar incontinencia fecal por lesión de los esfínteres.

La ausencia de tratamiento de las fístulas puede provocar hasta una sepsis generalizada, que es un estado de infección bacteriana muy grave.

Las fístulas perianales no tratadas también pueden pasar de fístulas simples a fístulas complejas con varios trayectos o túneles.

Finalmente, las fístulas no tratadas pueden desarrollar aberturas secundarias que podrían complicar la cirugía provocando daños en el esfínter, lo que podría causar incontinencia de heces y gases.

En cualquier caso, si deseas contar con información más detallada u obtener una valoración personalizada, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que podamos ver tu caso particular.

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Qué pasa si no se opera una fístula anal

Una fístula anal es un pequeño túnel que conecta una glándula infectada en el ano con una abertura en la piel del glúteo alrededor del ano. Dentro del ano hay varias glándulas pequeñas que ocasionalmente se obstruyen y pueden infectarse, lo que lleva a la formación de un absceso. Muy a menudo, estos abscesos pueden convertirse en una fístula (túnel) cuando encuentran salida por el glúteo.

Una fístula no tratada puede causar complicaciones como drenaje, sepsis y llegar a desencadenar complicaciones serias con afectación del estado general de la persona. Respecto al drenaje de fístulas y abscesos, hay que indicar que al no tratar de forma quirúrgica dichas fístulas, éstas pueden continuar expulsando pus y provocar abscesos más dolorosos. Por otro lado, las fístulas perianales crónicas activas o no tratadas, pueden provocar incontinencia fecal por lesión de los esfínteres.

La ausencia de tratamiento de las fístulas puede provocar hasta una sepsis generalizada, que es un estado de infección bacteriana muy grave. Las fístulas perianales no tratadas también pueden pasar de fístulas simples a fístulas complejas con varios trayectos o túneles. Finalmente, las fístulas no tratadas pueden desarrollar aberturas secundarias que podrían complicar la cirugía provocando daños en el esfínter, lo que podría causar incontinencia de heces y gases.

En cualquier caso, si deseas contar con información más detallada u obtener una valoración personalizada, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que podamos ver tu caso particular.

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